Hoy me levanté temprano, me puse el maillot arco-iris y el cullote a juego que me regaló mi mujer hace 1 mes por mi cumpleaños.
Hice café, cogi el casco a juego del maillot, me fui silenciosamente al garaje, cogí mi bicicleta de 3.000 euros (auto-regalo de cumpleaños porque la vieja ya tenía 2 años), y cuando salía del garaje me di cuenta de que llovía torrencialmente. Estaba toda la calle inundada y el viento gélido soplaba a 100 Km/h.
Volví a entrar en el garaje a dejar la bici. Entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me deslicé dentro de la cama.
Despacito me acurruqué contra la espalda de mi mujer, y le susurré al oído: ‘¡El tiempo afuera está horrible!’
Ella me contestó medio dormida, ‘Ya lo sé. ¿Puedes creer que el gilipollas de mi marido se ha ido a andar en bici?
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